Irene Tinagli (Empoli, provincia de Florencia, 1974) es eurodiputada por el Partido Democrático de Italia (socialdemócrata) y preside desde 2019 la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo. Recibe a EL MUNDO en su despacho, al que se accede después de recorrer uno de los largos pasillos que conforman el laberinto de estancias del duodécimo piso de la torre del Europarlamento, en Estrasburgo. Aunque habla español porque vivió en Madrid entre 2009 y 2013, perio do en el que dio clase en la Universidad Carlos III, pretiere hacer la en trevista en inglés y admite, lo primero, que está muy cansada después de la campaña electoral italiana: “Ha sido muy intensa y el resultado ha sido muy malo”.
PREGUENTA. Hay un debate abierto entre los que defienden bajar impuestos para aumentar el poder adquisitivo y quienes piden medidas muy focalizadas, ¿Qué es lo mejor?
RESPUESTA. “Ahora mismo la mejor política fiscal tiene que ser temporal y dirigida. Porque si es muy generalizada el riesgo es que impulse la inflación y si no es temporal también impulsará las expectativas de inflación. Tenemos que tener mucho cuidado y también en el caso de que algunos países están ofreciendo transferencias temporales de dinero, especialmente a las familias de rentas bajas o las empresas en más riesgo de cerrar, esto podrían ser medidas positivas porque se intervienen donde realmente se necesita y sin alimentar las expectativas de inflación. El problema es que ahora con los precios tan altos del gas y la energía, no puedes sólo dirigirte a las rentas muy bajas, porque ahora incluso las clases medias están empezando a verse especialmente afectadas. El problema en los próximos meses es cómo podemos aprobar medidas temporales y dirigidas, si el grupo al que dirigirse es cada vez más amplio porque los precios no sólo afectan a las rentas bajas sino también a las clases medias, y cómo podemos ser temporales si no sabemos cuánto va a durar la guerra, que no parece que vaya a acabar y la situación del suministro de gas es muy incierta. Ese es el problema y por eso creo que la política fiscal de algunos países individuales no puede durar ni tampoco ser la solución, necesitamos soluciones europeas, una reforma del mercado energético que permita calmar los precios del gas porque ahora mismo no están reflejando las dinámicas reales de la oferta y la demanda”.
P. ¿Está en contra entonces de medidas individuales de algunos países como Alemania y sus 200.000 millones en ayudas?
R. “Draghi y Gentiloni ya mencionaron el año pasado la idea de hacer un mecanismo similar al que se utilizó para financiar los mecanismos de empleo, los ERTE, para hacer algo similar para apoyar a las familias y empresas a pagar las facturas y esto se haría a través de los préstamos, así que no solucionaría completamente el problema de la deuda pública, que no para de crecer, pero sí daría algo de margen de maniobra a algunos estados porque si no veremos que los países que tienen más margen fiscal inyectan miles de millones de euros en su economía, que sí estará protegida.
Otros países que tienen menos margen pondrán dinero pero nunca serán capaces de llegar a esos niveles y como resultado una compañía europea, dependiendo de si está en Italia, en España o en Alemania, tendrá una oportunidad diferente de sobrevivir. No sólo porque es mejor o peor, sino porque su estado tiene más o menos margen fiscal”.
P. ¿La Comisión Europea no puede impedir que se produzca esa disrupción del mercado único?
R. Se supone que sí, el problema es que ahora mismo es difícil no permitir a los estados intervenir, porque no tenemos instrumentos europeos. De hecho, tenemos activado un marco temporal que permite a los estados intervenir: Creo que en Alemania se aprobará el plan, porque si la Comisión va a ampliar el marco temporal para las ayudas de estado, esto estará permitido. Yo no quiero culpar a Alemania, porque está haciendo lo que otros países ya han hecho: Francia ha hecho lo mismo, Italia también, España también… la única diferencia es la cantidad de dinero. Ahora que están poniendo tanto dinero la gente está empezando a darse cuenta de que quizá estamos creando divergencias en el mercado único, así que no quiero culpar a ningún país en particular, porque en ausencia de una respuesta europea, los estados deben poder aplicar respuestas nacionales. Pero creo que sería irresponsable bloquear respuestas europeas comunes, porque el problema es que algunos países están, no bloqueando, pero no tan interesados en apoyar una solución conjunta”.
P. ¿Se refiere a una respuesta común como por ejemplo topar los precios del gas?
R. “Sí, creo que tenemos que intervenir aunque sea temporalmente, entiendo que es el sistema de mercado, pero es un mercado pequeño y extremadamente volátil y está afectando a más de 300 millones de europeos y los europeos están mucho más afectados que los ciudadanos de cualquier otra restricción.
Lo que está pasando es que estamos erosionando la competitividad de las compañías europeas, que ya no son competitivas. Las exportaciones están sufriendo y a medio largo plazo estaremos destruyendo nuestra base productiva, así que tenemos que intervenir lo antes posible con una reforma del mercado energético que desacople el precio del gas del precio de la energía, y después encontrar una vía de poner un tope al precio del gas, que creo que podría hacerse, sinceramente. Entiendo las preocupaciones de que si pones un tope al precio muy estricto, los proveedores podrían decidir no vendernos el gas, porque es la dinámica de la oferta y la demanda. Pero el gas no es como el petróleo, que puedes decir ‘me llevo el barco a otro sitio y lo redirijo a India o China’, el gas se traslada por tuberías y no puedes redirigirlo tan fácilmente. Cuando el gas sale no es tan fácil meterlo de nuevo bajo tierra y decir: ‘espérate ahí hasta que encuentre un comprador’.
Así que creo que si la UE es capaz de estar unida y firme, siendo el mayor comprador de gas, y dice a Rusia y al resto de proveedores -porque importamos mucho a Noruega, Reino Unido, otros países…-: ‘Sólo podemos pagar hasta aquí’ y por supuesto habrá que poner un precio que tenga sentido… no creo que puedan decir realmente que no van a volver a vendernos gas”.
P. Una de las labores de su Comisión es la monitorización de los planes de recuperación asociados a los fondos Next Generation, ¿hay una preocupación por la lenta ejecución en algunos países como España?
R. “Por el momento el Parlamento está monitorizando y asegurándose de que toda la regulación se está respetando, que los estados están dirigiendo sus inversiones a lo comprometido: la transición digital, verde, etc. Monitorizamos la asignación de fondos y también las reformas, asegurándonos de que los países están implementándolas, pero lo que pasa cuando el dinero llega a cada país, eso es algo que está más allá de la responsabilidad del Parlamento Europeo. Es algo que tiene que revisar el Parlamento de cada país, asegurándose del dinero que entra acaba en la economía”.
P. ¿Cre eque en Italia el nuovo gobierno podría incumplir lo pactado en el Plan y arriesgar la llegada de fondos?
R. “Duranta la campaña dijeron que querían cambiar (su relación con la UE y el cumplimiento del plan de recuperación) pero creo que ahora han empezado a darse cuenta de las consecuencias e implicaciones, pero como he dicho antes si reescribes el plan o cambias algunas partes tienes el riesgo de que dejarás de recibir el dinero. Creo que con esta situación económica amarga, esto sería un desastre para Italia así que creo que no sería un buen inicio para este Gobierno empezar rompiendo las reglas y dañando la economía italiana”.
P. ¿Un cambio de Gobierno es razón justificada para modificar un Plan de Recuperación?
R. “No, no es una de las razones justificadas que permitan cambiar el Plan de Recuperación. Están recogidas en el artículo 21 y sólo comprenden una inversión o proyecto que claramente no pueda ser completado por alguna razón objetiva”.